miércoles, 14 de julio de 2010

“Cuando la mentira es un modo de vida”, por Lidia Mirchandani



Hace un par de meses pensaba que mis próximas palabras en BASKETMANÍA serían de alegría, de un recordatorio de lo que fue disputar una fase de ascenso con uno de los equipos de tu isla y, sin embargo, a día de hoy lo único que puedo escribir son palabras de tristeza y desilusión.

Estas palabras van dirigidas a esas “personas” que “han jugado” su partido desde entonces, en el cual los únicos medios que han empleado han sido la mentira. Y es que después de tantos años de carrera deportiva a nivel profesional, casi 18 para ser exactos, y 23 desde mi debut en la selección española con 11 años, no había vivido una situación semejante como la que me han ofrecido los dirigentes del CLUB BALONCESTO UNICAJACANARIAS: la salida del club por la puerta de atrás…

Es cierto que dicha situación puede darse en la vida de un profesional a lo largo de su carrera deportiva, pero creo que nunca debiera ser apoyado en la mentira y en la falsedad como así ha sido y está siendo. Creo que después de una temporada como la que he vivido este año no se merecía manchar la siguiente con palabras de desprecio y amenazas ,y menos en tu propia casa, y en donde durante 8 largos meses no he parado de correr, saltar y sudar por los colores del mismo club que ahora me da la patada porque ya no les soy “rentable”.

Cómo se explica que después de dos meses que finalizó la competición el Club no se dirija a mí para decirme que no cuenta conmigo y que tenga que ser yo misma la que haga lo propio para pedir explicaciones de por qué en la calle comentan que no me quieren ni cuentan conmigo…Y lo más surrealista de todo, que lo hagan cuando tengo un contrato firmado desde la temporada anterior y no sean capaces de sentarse a hablar conmigo. ¿Cómo es posible que sean ellos mismos los que no quieran tenerme en su club y tenga que ser yo la que ofrezca soluciones? Porque yo me pregunto entonces, quién dará soluciones a los problemas que a día de hoy ellos están generando en mi vida personal, deportiva y económica.

En ocasiones, llevar el nombre de un club o pertenecer al mismo no te da derecho a estar por encima de personas y cosas, porque al igual que hay derechos también existen obligaciones…

Lo peor de todo es que al final de esta historia habrán dos versiones: la suya y la mía Sin embargo, habrá que recordarles que la VERDAD sólo es una y no puede ser inventada.

Sólo me queda decir GRACIAS a todos aquellos que me quieren, que me apoyan y que se encuentran a mi lado de corazón.

Fuente: Basketmanía
Foto: Ruben Moreno

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