En esta mañana de viernes santo son muchas las voces que se han despertado pidiendo la dimisión de Joan Plaza porque según ellos el Madrid no es equipo para jugar la Euroliga ni Joan entrenador para llevar a este equipo. No puedo evitar reflexionar y llegar a la conclusión de que se trata de las mismas personas que lo han subido a los altares cuando éste ha guiado al equipo hacia un título de Copa Uleb y lo que es más importante, un título de liga.
Yo no soy del Madrid pero como sabéis los que me conocéis y los que me leéis habitualmente admiro profundamente al entrenador blanco y pienso que ni era una divinidad en ese momento ni ahora es el peor entrenador de la tierra. Joan es un hombre que se debe a su trabajo y que a pesar de la derrota de ayer va a seguir luchando junto con sus jugadores y el resto de los técnicos para llevar la temporada al mejor puerto posible y la gente que ayer le endiosaba y que hoy pide su cabeza debería pensar que la Euroliga no es el torneo de verano de las fiestas del barrio y que para caer eliminados en el último partido del Top-16 en Atenas hay que haber recorrido un camino bastante costoso. Deberían sentirse orgullosos de su equipo y permanecer a su lado.
Evidentemente todos los equipos que empiezan la Euroliga en Septiembre quieren ganarla o llegar a la Final Four y más si esta se juega en su ciudad pero no llegar no es un fracaso, no hay que hacer un culebrón venezolano de ello. Lo que hay que hacer es lamentarse lo justo y seguir caminando para ganarse la oportunidad de volverlo a intentar la temporada que viene.
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