Maravillosa es la sensación que nos ha dejado este mundial, por fin no solo hemos logrado medallas en cantera si no que ahora ya tenemos una en un mundial.
Se puede definir como hito histórico, pero yo prefiero hablar de trabajo continuado. El trabajo que durante mucho tiempo están realizando los clubes y entrenadores de baloncesto femenino, el trabajo del gabinete técnico de la federación española y por supuesto el trabajo de todas las jugadoras.
Puedo asegurar que la vida de una deportista profesional no es sencilla, sobretodo en su etapa de adolescencia. Muchas de ellas en algunos momentos entre los 12 y 16 años se plantearon no dedicar tantas horas a entrenar y mas a estar con las amigas que no hacían deporte, a muchas les ha costado compaginar los estudios con la vida laboral y otras se han tenido que separar de sus familias muy pronto para poder tener un sueño hecho realidad.
Muchas veces cuando se logra un éxito solo se mida el esfuerzo realizado durante la concentración, pero lo verdaderamente importante es valorar los esfuerzos realizados durante tu vida hasta llegar a tocar un poquito de cielo.
Quizá hemos podido ver a una de las mejores selecciones femeninas de la historia en España, han realizado defensas espléndidas combinadas con ataques sencillos pero vistosos. Un gran equilibrio creado por un entrenador equilibrado en cuanto a filosofía y valores.
Hoy todos hemos de estar felices, pero sobretodo hoy todos hemos de sacar pecho de ser seguidores de baloncesto femenino. Hemos de ser sus apóstoles, y proclamar a los cuatro vientos que España, de chicas, es tercera del mundo por delante de potencias como Australia, Rusia, Francia o Brasil.
Un gran éxito de mucha gente pero sobretodo de un esfuerzo de 12 jugadoras que han tenido que superar muchas dudas y renuncias para poder llegar a tocar el cielo.
Tengo DEVOCIÓN por este equipo.
Joan Albert Cuadrat
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