Cuando puse la tele el día de la final de la Lliga Catalana no me podía imaginar lo importante que iba a ser esta temporada para mi.
Recuerdo que al día siguiente tenia un examen y como el Canal 33 daba el partido en diferido por la tarde estuve toda la mañana estudiando para no enterarme del resultado. Ganó el Olesa, una victoria que se convirtió en la 1ª alegría de una temporada que nos ha dado unas cuantas.
Una vez empezada la liga ganar a equipos como San José o Perfumerias Avenida y mantenerse en los puestos altos de la tabla era como un sueño del que uno nunca quiere despertar.
Si mi objetivo es hacer balance de la temporada hay un momento y un lugar del que no puedo olvidarme: Salamanca, Copa de la reina, cuartos de final: Olesa - Sóller. Ese partido lo seguí por FEB TV y lo comenté en el blog. La alegría que sentí cuando acabó el partido fue tan inmensa que no soy capaz de describirla.
Al día siguiente perdimos la semifinal con el Ros Casares aunque fuimos capaces de dar la cara y dejar claro a todo el mundo que si Ros quería jugar la final se lo iba a tener que trabajar. A pesar de la derrota me sentí muy orgullosa del equipo.
Por una situación personal que ahora no tengo ganas de contar hacía mucho que no iba a Olesa a ver partidos en directo. Los recuerdos a veces duelen demasiado pero tuve la suerte de conocer a Lucas, el mister,y gracias a él tuve el valor de superar ese dolor e ir a un partido y aunque al principio ese día fue algo difícil para mi los disfruté mucho, tanto que he vuelto a algunos partidos más.
Entre ellos el primer partido de la eliminatoria contra el Hondarribia, un partido lleno de nervios que al final cayó de nuestro lado y que junto la victoria conseguida el miércoles en las pista de las vascas clasifica al equipo para la Euocup.
Mi intención al escribir este artículo es que si algún día tengo que despertar de este sueño a leer estas líneas se dibuje en mi rostro una sonrisa. Tan solo puedo terminar con una palabra: GRACIAS
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